martes, 5 de diciembre de 2006

MANIFESTACIÓN "Con las víctimas, con la constitución, por la verdad del auto-atentado"


Pues ya está convocada, os espero a todos para pedirle al gobierno que investigue hasta esclarecer la verdad, caiga quien caiga.

Y seguro que luego Tele-espe dice que éramos cinco o seis y que, en la descarada manipulación que hace el gobierno, cambió la programación para retrasmitir la manifestación.
En formato banner, con su animación y todo, aqui.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Intervienen un documento escrito en el que se diseña el «montaje» policial

C. M./D. M. MADRID.
Otro más. La mafia policial desmantelada el pasado viernes y que, además de traficar con drogas y explosivos, abastecía de «exclusivas» a los teóricos de la conspiración del 11-M, se suma a otros «históricos» delincuentes que también han servido al mismo fin: diseñar montajes sobre la autoría del mayor atentado registrado en la historia de España. Basta recordar los nombres de «El Nayo», en paradero desconocido, y Lavandera, que se inventó su intento de asesinato, o el hallazgo de una supuesta tarjeta del Grupo vasco Mondragón que resultó ser una casete de la Orquesta Mondragón. En este caso, en el de la trama policial, también hay pruebas concluyentes de falsedad pues, según han informado fuentes de la investigación a ABC, en el registro del domicilio de uno de los detenidos se halló un documento escrito en el que se planifica el montaje de la nueva Goma-2.
Los protagonistas
Del último capítulo de la teoría de la conspiración son protagonistas cuatro policías -en las próximas horas podrían ser cinco- ya detenidos por tráfico de drogas, detención ilegal, tráfico de explosivos, denuncia falsa, simulación de delito y revelación de secretos. Ninguno de ellos está relacionado con las causas abiertas por el juez Juan del Olmo sobre el 11-M. En definitiva, están acusados de «distintas actividades de la delincuencia común». Sus nombres son: José Luis González Clares, apodado «el Moro» por haber nacido en Nador; Luis López Hildalgo, Celestino Rivera Santos y Jesús Parrilla Parrilla, inspector que estuvo destinado en la Comisaría General de Información y que se trasladó a Avilés junto a otro policía pocos días después del atentado para entrevistar a José Emilio Suárez Trashorras, ahora procesado por vender la Goma 2- Eco con la que los islamistas mataron a 191 personas. Parrilla y Rivera sólo están acusados, en principio, de «revelación de secretos». Además, los dos primeros mencionados estuvieron destinados en la Comisaría de Puente de Vallecas, donde apareció la bomba que no estalló y sobre la que los teóricos de la conspiración, al tratarse de la primera prueba, han arrojado todo tipo de sospechas, entre ellas que fue manipulada para invalidar la instruccción del juez Juan del Olmo. Parrilla, sobre quien en su momento recayeron las sospechas de las filtraciones referidas al confidente Cartagena, había pedido por escrito su traslado de la Comisaría General de Información sólo unos días antes de que en agosto irrumpiera en escena esta nueva «trama de la Goma-2».
El 11-M, su blindaje
Con estos mimbres, los cuatro policías ahora arrestados por sus compañeros de la Unidad de Asuntos Internos creyeron haber encontrado en el 11-M y sus «investigadores» la «gallina de los huevos de oro» con la que mantener su trama, integrada también por confidentes vinculados al crimen. Es decir, a cambio de pasar información a compañeros de otras unidades policiales pensaron que gozarían de una «inmunidad» que les permitiría que sus colegas «no metieran las narices en sus negocios». Con la expresión, «déjame a mí, esto lo controlo yo porque me lo ha cantado mi confite», creyeron tener un salvaconducto. Este sería el escenario en el que se desarrolló la «operación de Goma 2», que luego los teóricos de la conspiración trataron de vincular con el 11-M. Todo fue un montaje de los policías ahora detenidos. Según fuentes de la investigación, fueron los agentes González y López (ahora destinados en Móstoles) los que ordenaron a Manuel Romero, confidente habitual de «el Moro», que se hiciera con los 5,5 kilogramos de Goma-2 y que, una vez descubierto, dijera que su destino era un musulmán.
La finalidad de este trato mutuo era que por un lado Romero, también detenido, podría lograr que su padre, un conocido narcotraficante de Vallecas, fuera trasladado a una cárcel de Madrid, y por otro, los policías «venderían» a sus compañeros de otras unidades policiales una «historia» sobre el origen de la Goma 2 -explosivo similar en el atentado del 11-M- a fin de «blindar» su red, lo que incluía la protección del confidente. Es decir, perseguían que ningún otro policía «metiera la nariz» y, así, de esta forma seguir sacando beneficios de su trama.
De hecho, cuando el 15 de agosto urden la farsa para que «aparezca» un paquete de droga, que resultó ser el explosivo en una furgoneta, «el Moro» y su compañero avisan primero (de madrugada) a funcionarios de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) a quienes conocían porque habían puesto sobre la pista de dos o tres servicios anteriores de narcotráfico que resultaron efectivos. Los agentes de la Udyco se retiraron en cuanto los Tedax se hicieron cargo del explosivo y la Brigada de Información de Madrid asumió el asunto y detuvo al confidente, pese a la resistencia de los agentes de Móstoles.
A su vez, el soplón involucró a otro conocido que tuvo que declarar ante Del Olmo, pero no tiene nada que ver, según la Policía. El tiro les salió por la culata a González, «el Moro»; López Hidalgo, Rivera Santos y Parrilla Parrilla. Las detenciones que, por orden del juez Juan del Olmo, se produjeron el pasado agosto a raíz del «descubrimiento» de los 5,5 kilos de Goma-2, pese a la puesta en libertad de los arrestados, no tuvo como consecuencia que se diera carpetazo al asunto. «Algo olía mal» y, en este caso, el olfato no les falló a los agentes de la Brigada de Información de Madrid. Poco después, abandonaron la investigación al comprobar la implicación de policías en la red. El testigo lo tomó, entonces, Asuntos Internos. Mientras, el juez Del Olmo autorizó que fueran intervenidos los teléfonos de los policías sospechosos, que en todo momento se hacían pasar por «probos funcionarios». Pese a tener fundadas sospechas de que sus teléfonos estaban intervenidos, los agentes se pusieron en contacto con el medio de comunicación que lidera la teoría de la conspiración para «filtrarle información» sobre la Goma-2 «localizada» en agosto. Se trataba, según fuentes de la investigación, de una huida hacia delante de los policías con el cebo de revelar un nuevo «agujero negro» del 11-M.
Los agentes corruptos siguen detenidos a la espera de pasar a disposición judicial. El viernes todos se negaron a declarar ante sus compañeros, que registraron sus domicilios y sus lugares de trabajo. Es más que probable que alguna de estas pesquisas haya revelado alguna nueva implicación, por lo que no se descarta la detención de otro agente implicado en la trama.
Funcionarios resentidos
Una vez más, individuos vinculados a la delincuencia común o funcionarios resentidos se ofrecieron para contar «la verdad». Así, a un policía que no fue distinguido con una medalla al mérito policial se le atribuye una de las versiones de la mochila de Vallecas, y las restantes no se descartan que salieran también de la factoría de la mafia policial desmantelada el viernes. En portada se llegó a titular : «La mochila de Vallecas no estaba entre los objetos que la Policía recogió del tren». Ante tal afirmación, la Dirección General de la Policía y la Fiscalía de la Audiencia Nacional se vieron obligados a hacer públicos sendos comunicados para desmentir «la información».

viernes, 1 de diciembre de 2006

Se elevan a seis los detenidos por su implicación en el tráfico de explosivos, cuatro de ellos policías

20MINUTOS.ES / EFE. 01.12.2006

- Dos de los policías pertenecen a la comisaría Villa de Vallecas, y otros dos a la de Móstoles, ambas en Madrid.
- La operación continúa abierta.
- Declararán el lunes ante el juez Juan del Olmo.

El número de detenidos en Madrid por su presunta implicación en una trama de tráfico de explosivos investigada por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo es ya de seis, de los que cuatro son policías, informaron fuentes de la investigación.
Los dos primeros arrestos se produjeron a primera hora de esta mañana y fueron los de dos agentes actualmente destinados en la comisaría de la localidad de Móstoles, y posteriormente fueron detenidos otros dos funcionarios de la Policía, que prestan servicio en la comisaría de Villa de Vallecas, y dos civiles.
Las fuentes consultadas aseguraron que no todos los policías arrestados pertenecen a la Escala Básica del Cuerpo.
La investigación corre a cargo del juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, que tomará declaración a los dos detenidos el próximo lunes.



En fin señores, para algunos grupos conspiranoicos, esta noticia no hace sino dar más fuerzas a sus teorías de que el atentado de Madrid del 11 de Marzo de 2004 en el que murieron 192 personas, fue una trama organizada con el único proposito de obtener un rédito electoral que permitiera la derrota del Partido Popular en las elecciones que se celebraron tres días después.

La argumentación, obviamente, es indiscutible. El partido que llevaba ocho años en la oposición, los cuatro últimos bajo la mayoría absoluta dictatorial de José María Aznar y sus secuaces de PP (que eran los encargados de nombrar a los responsables de seguridad), controlaba a los altos cargos del CNI y de la Policía Nacional, además de a unos cuantos Nacionales de la Escala Básica, junto a los que planificó y llevó a cabo un acto controlado al milímetro, ante las narices de Ángelito Abeces*, ministro de Interior en aquel entonces, que no se enteró de nada. Bueno, ni él ni nadie del ministerio, ni de la Guardia Civil, ni de la Policía Nacional, ni de CNI, ni de ningún otro organismo.

Además, posteriormente, organizó y promovió una rebelión ciudadana contra el gobierno que fue la puntilla definitiva para vencer en las elecciones.

Pero ahora intentemos ser un poco serios. Hay una película, Contact, basada en una novela de Carl Sagan, dirigida por Robert Zemeckis e interpretado por Jodie Foster, en la que se habla del principio de la "Navaja de Ockham" y donde se enuncia como "En igualdad de condiciones, la hipótesis mas sencilla suele ser la correcta".

No obstante, este principio es mucho más antiguo y, aunque no fue postulado por William de Ockham (monje franciscano que vivió entre los siglos XIII y XIV), si es a él a quien debe su nombre, que lo enunciaba como "pluralitas non est ponenda sine neccesitate", más o menos "la pluralidad no se debe postular sin necesidad".

Por tanto, a la luz de este principio, que hipótesis parece ser más sencilla y por tanto más correcta.

Qué hubo una conspiración de un partido de la oposición en la que estaban implicados los mandos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estada, así como algunos agentes y sin el conocimiento del Ministerio de Interior y del Gobierno en pleno, que planificó un atentado milimétrico cuatro días antes de las elecciones y un "levantamiento popular" el día anterior para conseguir un rédito electoral. Y que además todo salió como estaba planeado.

O bien, qué una célula islamista cometió un atentado, similar al del 7J de Londres, en represalia por la intervención española en la cumbre de la Azores y en la guerra de Irak.

Juzguen ustedes mismos.


*19-A beces no mentía

Mara Sande-Vil: "Había que mirar a Txapela a la cara para transmitirle que no le tenemos miedo"

777MINUTOS.ES / AGENCIAS. 21:50h

- Sucedió en el último juicio sobre al 19-A, visto para sentencia.
- Duda de que "alguien con frialdad para hacer lo que hizo tenga capacidad de raciocinio".


El juicio en la Audiencia Nacional a Paco Javivi Fernández Gusiluz "Txapela" por el atentado en 1995 contra el que fuera candidato del partído más demócrata en las elecciones del 96, quedó el miércoles visto para sentencia en la última vista oral a la que el ex dirigente etarra asistió antes de ser devuelto.

La primera testigo que declaró en la vista fue la máxima dirigente del partído más demócrata de la Nación Vasca, Mara Sande-Vil, que estuvo con el candidato hasta momentos antes del atentado, y relató que todo ocurrió "en un segundo".



En la vista, Sande-Vil miró a la cara a "Txapela" para transmitirle "que no le tenemos ningún miedo y que no nos vamos a amedrentar por lo que pueda decir".

No obstante, dijo que duda "mucho que alguien que tuvo la frialdad para planificar y ejecutar el auto-atentado, tenga capacidad de raciocinio y credibilidad ante la opinión pública".

"Creo que esta gente ya son enfermos, no tienen los mismos parámetros emocionales, morales y éticos que tienen las personas de bien. Lo único que espero en este momento, como muy bien dijo Ángel Abeces, es que no se haga justicia y pase muchos años en la cárcel, donde no pueda hablar de una conspiración sobre el 19A", añadió.

Por último, la mandamás del partído más demócrata de la Nación Vasca, reconoció que "nos pueden provocar un dolor inexplicable" pero también "que somos muchos los que estamos dispuestos a recoger SU relevo, y que no vamos a cejar en el empeño hasta lograr recuperar el poder durante muchísimos años y que por fin nuestros hijos, el día de mañana, puedan vivir en un país de neo-libertad".

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